Para preparar soluciones valorantes de una concentración exactamente conocida se necesita un patrón primario que es un compuesto:
- de elevada pureza $(> \pu{99,9 \%}) \Rightarrow$ control de pureza.
- estable a temperatura ambiente y a la desecación ($T \geq \pu{100 ºC}$).
- no higroscópico (que no absorva agua).
- no eflorescente (no pierda agua de cristalización)
- no reaccione con gases presentes en el aire ($\ce{CO2}$ u $\ce{O2}$).
- peso equivalente elevado, que implica una pesada de más cantidad de patrón, evitándose los grandes errores relativos al pesar masas muy pequeñas.
- barato y fácil de adquirir.
Una posibilidad es que el patrón primario se utilice directamente como solución valorante, aunque no es lo frecuente. Un ejemplo es el $\ce{K2Cr2O7}$ en las valoraciones rédox.
Otras veces se emplea un patrón secundario, es decir, una solución que ha estado previamente estandarizada con un patrón primario.
En general, cuando la solución valorante no tiene características de patrón primario o su concentración no es exactamente conocida se ha de estandarizar. Para esto se ha de utilizar un patrón primario para determinar mediante una valoración la concentración exacta de este valorante.