Durante el procedimiento experimental la constante de velocidad debe permanecer invariable, por consiguiente las condiciones deben ser estables. Sobre todo debe permanecer constante la temperatura, ya que tiene gran influencia sobre ella. Para esto es necesario someter la mezcla de reacción a un baño a $\,T = \smash{\text{cte.}}$, controlado termostáticamente. Es conveniente además que los reactivos ya estén a esa temperatura en el momento de iniciarse la reacción.
Para evitar errores en el control del tiempo, el tiempo de mezclado debe ser el mínimo posible. Éste es el tiempo que transcurre entre que las especies de reactivo entran en contacto y su mezcla es homogénea.
Para el control de la concentración existen tanto métodos químicos, serían los más clásicos, como físicos.
En los métodos físicos se mide de forma instrumental alguna propiedad física del sistema que permita seguir la reacción de forma continua. Al ser más exactos y menos laboriosos, salvo que no sea posible aplicarlos in situ, son preferibles a los métodos químicos.
En el método químico se extraen muestras para analizar del sistema, a tiempos determinados, en las que es necesario detener la reacción. Para ello la muestra se enfría, de forma suficiente, muy rápidamente, o se diluye para disminuir la concentración, o se añade una especie que reaccione de forma muy veloz con un reactivo e impida que siga reaccionando. Esta reacción auxiliar puede ser ácido-base, precipitación o rédox.